jueves, 3 de enero de 2013

El Día de un Ateniense

"El ciudadano ateniense solía levantarse temprano; se lavaba y tomaba su primer alimento o desayuno ligero ("akrástima"), el cual probablemente se reducía a un pedazo de pan empapado en vino puro. Después hacía un turno de visitas, pues era la hora mejor para encontrar a los amigos en casa. 

El tiempo libre se daba al ejercicio, y así se consumía la hora temprana del día ("prooí") y llegaba el momento de dirigirse al "agora". Allí se arreglaban los negocios, compraventas y demás tratos, y esta hora de "plano mercado" ("pleéthousa agorá") era una hora reconocida del día, y más o menos se extendía de las 9 de la mañana hasta mediodía. 

A mediodía ("meseembría") paraban los negocios y la muchedumbre abandonaba el ágora. Entonces era la costumbre hacer un almuerzo informal ("áriston", "lunch" americano), que la gente ocupada no tenía tiempo de hacer en casa. La siesta no era usual en Atenas. En vez de sestear, la gente iba a las barberías ("kouréia") u otros sitios semejantes de reunión, hasta que pasaba el calor. 

Agora

Luego se frecuentaban los gimnasios o los baños hasta la puesta del sol, que marcaba el acontecimiento más importante del día. Esta era la cena ("déipnon"), que se comenzaba entre 4 o 5 de la tarde. Era la comida social, y se solía hacer en la casa propia o en la del amigo que convidaba. Generalmente era una comida frugal, y la gente se recogía temprano. 

En ocasiones especiales, cuando, además, había un banquete o "simpósion", la reunión solía prolongarse hasta las altas horas y aún hasta el amanecer del día siguiente."

Fuente:
A. Petrie - "Introducción al Estudio de Grecia"