lunes, 7 de enero de 2013

Alejandro Magno (336-323 A.C.)

Alejandro era hijo de Filipo II de Macedonia y de Olimpia, nació en Pela, la capital del reino macedonio, el año 356 a.C. El país, situado al norte de la antigua Grecia, no formaba parte del mundo griego propiamente dicho, aunque sí estaba fuertemente influido por las costumbres, la cultura y la lengua griega.

Alejandro le sucedió en el poder a Filipo cuando sólo tenía 20 años de edad (336 A.C.). Además de obtener el trono de Macedonia supo hacer reconocer en seguida su hegemonía en los Estados griegos y el derecho al mando en la expedición contra el Imperio Persa


Alejandro, fue llamado más tarde Magno (El Grande), y había sido cuidadosamente educado para ser rey y anhelaba realizar los fabulosos proyectos de su padre en Asia. 

Alejandro era hijo de Filipo II de Macedonia y de Olimpia, nació en Pela, la capital del reino macedonio, el año 356 a.C.. Grecia. Historia de Grecia. Alejandro Magno

Desde los primeros días de su reinado manifestó su capacidad para tal empresa, al vencer una serie de rebeliones en Iliria, Tesalia y en la Grecia misma. Allí, la ciudad de Tebas quiso terminar con la hegemonía macedónica. Alejandro fue contra ella, la tomó por asalto y para establecer un ejemplo le impuso un castigo terrible. La ciudad fue completamente destruida, salvo los templos y la casa del poeta Píndaro y parte de sus habitantes fueron vendidos como esclavos. 

Las ciudades griegas reconocieron el predominio de Alejandro y le otorgaron el título de generalísimo (335 A.C.).

Poco después, en 334 A.C., inició la campaña militar por la que será más conocido: la conquista del imperio persa. 

Alejandro fue uno de los mayores tácitos y estrategas militares que nos muestra la Historia, pero, además, fue un hombre de Estado, un organizador.

Hasta su muerte en 323 A.C., Alejandro dirigió sus principales actos como gobernante y se esforzó por terminar con las diferencias entre griegos y bárbaros y unir a todos los miembros de su Imperio en un solo pueblo. Trató de integrar a pueblos muy diversos y diferentes en lengua, cultura y religión. 

Con el fin de lograr esa unidad y armonía estableció una política de tolerancia y colaboración con el vencido. Para eso fundó gran cantidad de ciudades griegas en los grandes territorios conquistados que sirvieron para difundir la cultura helénica, e hizo respetar las leyes y las costumbres persas dominantes. 

Su temprana desaparición le impidió terminar su obra, y ni siquiera pudo llegar a designar un sucesor. Fue atacado por una enfermedad febril incurable de la que murió, con sólo 33 años de edad (323 A.C.) 

Sus dominios cayeron en manos de sus generales o sucesores (los diádocos), iniciándose así una nueva etapa que los historiadores modernos han llamado helenística.


Fuente:
Schurmann, Mauricio - Prehistoria, Oreinte y Grecia