Las estatuas masculinas (kuros; en plural kuroi) y femeninas (kore; en plural korai) surgen a principios del siglo VII. Representan a mujeres jóvenes ataviadas con largas túnicas y los hombres son jóvenes atléticos completamente desnudos.
El Kuros y la Kore |
El Kuros y la Kore establecieron el canon de la escultura monumental: personajes de pie, en posición frontal muy rígida, como inmóviles, con la pierna izquierda adelantada.
En griego antiguo la palabra kurós significaba "hombre joven", fue usada por Homero para referirse a los soldados jóvenes. Los kuroí eran también conocidos comúnmente como apolos, pues se creía que todas estas estatuas representaban al dios.
Este tipo de escultura está pensada para ser vista de frente siguiendo el modelo egipcio y acusa el principio de simetría.
Se situaban los brazos pegados a lo largo del cuerpo con los puños cerrados y una pierna algo adelantada aunque plantada en el suelo.
Cabello de Kuros |
Las figuras no aparecen mostrando sentimiento alguno, sólo esbozada la típica "sonrisa arcaica" anacrónica. Esto es debido a que el objetivo de la escultura era transmitir la sensación de fortaleza y plenitud física del joven triunfador.
Sus caras y cabezas muestran una influencia cultural de Creta: llevan el pelo largo y trenzado o recogido al estilo cretense y sus ojos a veces tienen un aspecto egipcio.
Cabeza del Kuros |
Los escultores griegos aprendieron de los egipcios el arte de la talla de la piedra y adoptaron algunos aspectos formales del arte egipcio como la frontalidad o la inexpresividad.