El Gálata se sale de lo que es la típica escultura griega en muchos de sus tópicos. Para empezar, no representa un griego, sino a un gálata, es decir, un galo, o más por extensión, un perteneciente a la étnia celta.
Obra: El Galata Moribundo |
El gálata moribundo fue mandado esculpir en la ciudad de Pérgamo (Asia Menor, actual Turquía) por el rey Atalo I Sóter (241-197 a.C.).
Descripción General
Es una obra escultórica de bulto redondo que representa a un guerrero moribundo, caído en el suelo. La figura alcanza 1,87 ms. de longitud y 0,93 ms. de altura. Su cuerpo no responde a las proporciones típicas de las esculturas griegas ya que no es un cuerpo griego. Su rostro luce las características propias de la raza celta.
El Galata Moribundo es una obra realizada en mármol, mediante la tecnica del talado y pulimentado.
La escultura representa a un guerrero gálata, próximo a morir. Se encuentra caído en el suelo, sobre el que apoya su brazo derecho, levemente arqueado, mientras su pierna derecha, completamente doblada, recibe el empuje del brazo izquierdo.
Hacia el otro lado, el guerrero estira la pierna izquierda. El gálata, que aparece completamente desnudo, dirige su mirada hacia el suelo. Un único adorno muestra en su cuerpo: el torques que ciñe su cuello.
Puede apreciarse también un minucioso estudio anatómico del personaje, con los músculos en tensión. Se observa además una herida en su costado derecho, de la que emana sangre, y otra en el antebrazo del mismo lado.
Su rostro no manifiesta signos excesivos de dolor o sufrimiento, sino, más bien, de resignación. El guerrero gálata se dispone, pues, a morir con dignidad.